Este trabajo no es una nueva guía para el naturalista. Permite la forma más sencilla de reconocer cien plantas silvestres, grandes y pequeñas, entre las más comunes a lo largo de las carreteras, en las orillas de los arroyos y en la costa. Todos aquellos que no pueden escapar del ojo del laico que ve, olfatea, eventualmente escoge. Ajo silvestre, bardana, caldo blanco, achicoria silvestre, fumitorio, hierba de San Juan, orégano, plátano, salicorne, sauce, saúco ... Sin mencionar algunos de los más tóxicos. Desde donde puede comenzar el festín: alrededor de sesenta recetas fácil de hacer, el autor rechaza los usos salados de las plantas con nombre y cosechadas. No hay duda de la supervivencia manual: las plantas se consideran condimentos, vegetales, material para hacer sopas y ensaladas. Vieira, tortuga de ortiga, jurel de ajo silvestre, caballa de hinojo salvaje, fideos de acacia, tortilla de arándanos, raclette con orégano y tomillo silvestre, ensalada de frutilla avellanas ... El autor, fisioterapeuta, fitoterapeuta, no olvide dar consejos para tratar las úlceras más comunes: ampollas, quemaduras solares, picaduras de insectos. Y lo más común entre los excursionistas: la fatiga. La guía se completa con algunos consejos y trucos: cómo hacer un cepillo para lavar platos en la ropa natural o champú; cómo hacer un silbato, o incluso hacer un fuego por fricción.